El Parque Natural del Monasterio de Piedra es el protagonista de todas las miradas y elogios de los curiosos que se acercan hasta Nuévalos.
Fueron doce monjes cistercienses, provenientes del monasterio del Poblet en Tarragona, los “culpables” de comenzar a dar forma a este singular rincón. La necesidad de regar sus huertos y jardines, en unas tierras tan áridas como las de Zaragoza, hizo que los religiosos dominaran y encauzaran las aguas del río Piedra.
No obstante la labor de cuidar, preservar y acondicionar el parque como lugar turístico fue obra del escritor Juan Federico Muntadas Jornet. Heredó de su padre la propiedad y en 1863 decidió trasladarse a vivir a Zaragoza para instalarse durante largas temporadas en el monasterio. Además gracias a su faceta ecologista siempre mantuvo la filosofía de mimar la naturaleza con la ínfima intromisión humana. Bajo mi punto de vista, un pensamiento acertado que a día de hoy repercute en el respeto de los viajeros cuando visitan el lugar y en las sonrisas con las que se les ve disfrutar.
En la actualidad son parejas, familias y grupos de amigos quienes reservan un hueco en sus agendas para realizar turismo rural en Zaragoza. Y es que en el Parque Natural puedes contemplar desde una amalgama de cascadas, grutas de agua turquesa y lagos-espejo, hasta una extensa y variada fauna y flora.
Al caminar por la ruta señalizada, respirar aire puro y dejar volar la imaginación hay un halo de misterio que envuelve al río Piedra. Dice la leyenda… que lo que se hunde en las aguas del caudal; hojas, bichos, plumas de pájaro o ramas de árboles y arbustos se convierte en piedra. ¿Será verdad?
La química es una ciencias que no engaña: “las elevadas cantidades de carbonato cálcico dan cabida a petrificar trozos de madera y musgo que van cayendo al río. De esta forma el compuesto químico se va sedimentando sobre distintas superficies creando una costra caliza, la cual parece ser piedra. De ahí el nombre que toma el río”.
Las fábulas no terminan aquí… ¡Continúa leyendo!
Jimena, una niña de 12 años, es la protagonista la siguiente historia. Era una niña que ayudaba en la cocina y el huerto del monasterio. En sus ratos libres leía y paseaba por el parque, siempre teniendo presente la palabra quiero. Sus caprichos no eran los de tener juguetes nuevos o bocadillos de chocolate para merendar. Sus caprichos eran muy particulares: “quiero que caiga lluvia de oro”, “quiero ver donde se hunde el sol cada noche”, “quiero ir detrás del arco iris”… Además decía que algún día se cumplirían todos sus deseos.
Sus padres cansados y preocupados porque a su hija la tomaran de loca decidieron casarla. Su belleza y dulzura era sabida por todos los muchachos de la zona, pero uno tras otro salían huyendo cuando Jimena les expresaba sus deseos de futuro “quiero fluir como el agua del río”
Un día, en un despiste de sus padres y de los monjes que habitaban el monasterio, salió de su habitación y fue a dar a un lugar en el que nunca antes había estado. Jugando con el agua y sus reflejos, de repente una masa de agua cayó sobre ella. Hechizada y sorprendida por lo que estaba ocurriendo pudo ver sus deseos hechos realidad: como le envolvía una lluvia de oro o como sentía que el agua le hacía irse hasta el fondo de la poza… Sus padres buscaron y buscaron, pero nunca más se supo de Jimena. En su recuerdo queda la cascada llama La Caprichosa.
Para conocer más leyendas del Parque Natural del Monasterio de Piedra, tendrás que ir y averiguarlas. No voy a ser yo quien te desvele todos los secretos 😉
Además si quieres saber más acerca del Monasterio de Piedra y sus actividades te invito a entrar en el siguiente post: “Un oasis en Zaragoza“
Precioso lugar!! No conocía esa historia, con lo que me gustan las historias a mí. Muchas gracias por compartirla con nocostros!!!
Nunca te acostarás sin saber una cosa nueva, suelen decir 😉 Saludos
Solo de ver las fotos al tiempo que he leído la historia me he transportado al lugar!!! Me encantaría estar en ese mirador contemplando la hermosa cascada o caminar a través del pasillo de la gruta. Por supuesto recordando la leyenda!!! Felicidades por el post y por las excelentes fotos.
Saludos ODV Y RCL
Muchas gracias. Me alegro que te haya abierto el apetito de viajar hasta el Monasterio de Piedra Saludos!!!
Me encanta este lugar en el que he estado en diversas ocasiones, pero no conocía la historia que cuentas. Muchas gracias
Saludos,
GranPumuki
Mis relatos en http://blogdeviajesdepumuki.blogspot.com
Gracias, saludos!
Bonita historia la de Jimena, no la conocía. El monasterio de piedra es precioso y su historia también, me imagino a los monjes andando por allí… te trasladas a otra época si cierras los ojos. Me gusta este texto
Muchas gracias!! La verdad que al pasear por el parque te trasladas a otra época, te dejas llevar y disfrutar de las leyendas que sabes que algún día quizá ocurrieron Saludos